Situado en un acantilado, en la orilla izquierda del arroyo de Abrilongo, el castillo domina el pueblo y cuenta una historia cuyos orígenes remontan a la época pre-romana.
Designado por Budua durante la fase de ocupación romana, este espacio fue posteriormente ocupado por comunidades visigodas, y luego pasó a conocerse como Niguela.
El castillo es uno de los ejemplos más perfectos de arquitectura militar medieval y moderna, conservando, hasta el día de hoy, las características de un bastión fronterizo en una región de tierras bajas.
Desde sus murallas es posible observar el castillo español de Albuquerque.